RQTR nació en 1994, hace ya 17 años como la primera asociación universitaria LGTBQ del Estado español que quería poder hacer activismo joven y a la luz del día, en el mismo lugar en el que pasábamos la mayor parte de nuestro tiempo. Somos una asociación independiente y universitaria con una sólida tradición feminista, queer y de izquierdas. Desde la incorporación de RQTR a la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) hace una década, es de sobra conocida nuestra histórica postura crítica en el interior de la FELGTB y nuestra difícil relación, conflictiva en muchos casos, con sus sucesivas comisiones permanentes en cuestiones como la independencia ideológica, la despatologización de la transexualidad, los réditos políticos que atan a esta federación, el déficit de democracia o los ataques personales a miembros de RQTR. Hoy identificamos un claro punto de inflexión ante el que nos posicionamos.
Somos bolleras, maricas, trans, putas, osos, desviadas que no queremos normalidad ni tolerancia. No somos moderadas, ni centristas, ni educadas ni políticamente correctas. Nos declaramos en rebeldía. Estamos hartas de los intereses corporativistas y burocráticos. No somos ni seremos tolerantes con este sistema capitalista, heteropatriarcal, racista, machista y homófobo, pero tampoco con quien hace activismo desde cómodas peanas proscribiendo la crítica y la disidencia política o posponiéndola hasta un tiempo más propicio que nunca acaba por llegar. Estamos hartas de que personas con cargos en la FELGTB en el uso de los mismos nos difamen personalmente y con impunidad, que se enseñe a los y las activistas más jóvenes que ésta es la forma de hacer política, incluso en nuestra propia universidad.
Nos reclamamos de una lucha por la liberación sexual necesariamente transfeminista y queer, una acción social revolucionaria a pie de calle, sin olvidar quiénes fuimos y cómo luchamos para conquistar los derechos hoy reconocidos. Reivindicamos una ética, una ética trans-marica-bollo en la estela de la que defendía Paco Vidarte, donde cada vez que se combate el sexismo, estemos atacando la homofobia, cada vez que combatamos la precarización estemos cuestionando la lesbofobia, donde no se comercialicen las luchas ni se silencien determinadas reivindicaciones identificándolas permanentemente como secundarias.
No nos escondemos. Salimos de los márgenes sin pedir permiso para poner en el centro del debate político luchas “marginales” para muchos: el transfeminismo, el laicismo, el antirracismo, el anticapitalismo. Somos transmaricabollos, pero también obreros, sudacas, migrantes, abuelos, precarias, estudiantes, gitanas, parados, sin techo, seropositivas... Reclamamos espacios políticos de cruce e intersección desde donde reimpulsar la lucha por la liberación sexual y de género. Rechazamos las burbujas de privilegio, afrontamos la lucha LGTBQ de una manera amplia: combatiendo la homo/lesbo/trans/bifobia pero haciendo frente también al machismo, al racismo, a la xenofobia y al neoliberalismo.
Somos de izquierdas, somos revolucionarias, transgresoras y radicales, nunca lo hemos ocultado, como revolucionarios fueron los sucesos de Stonewall, el Mayo francés del 68 o el alzamiento zapatista del 94. ¿Os podéis imaginar a las asociaciones LGTB diciéndole a las travestis y maricas de Stonewall que son unos gamberros, que son unas mamarrachas y que lo que hacen es ilegal? Si fuera por los pulsos normalizadores de los homosexuales conservadores Stonewall no se hubiera producido. Los esfuerzos rebeldes son incómodos, quedan mal en las noticias y dejan mal a quienes construyen un lobby rosa conservador que desea perpetuarse en el futuro.
Seguimos luchando, gritamos y no nos conformamos con lo conseguido hasta ahora. Confiamos en el valor de la rabia, de la protesta, como decía Audre Lorde. No queremos más lluvias finas en las moquetas de los despachos ni subvenciones que a cambio piden que no hagamos ruido y seamos buenecitos y buenecitas. Queremos que llueva (dorado) y mucho. Queremos tormentas, huracanes, aguaceros de transformación y emancipación. Creemos que la revolución mancha y, sobre todo, incomoda y ofende. Por eso, reivindicamos lo sucio, lo incómodo, lo raro y marginal como espacio de lucha política.
En el seno de la actual FELGTB, hoy por hoy consideramos agotada la posibilidad de impulsar un activismo LGTBQ independiente, crítico y de izquierdas. Creemos en otras formas de lucha activista LGTBQ por la liberación sexual y de género. En esta nueva etapa no cesaremos en nuestro empeño. Seguiremos reivindicando y trabajando, pero ahora centrando todos nuestros esfuerzos en tejer redes entre los distintos grupos y colectivos LGTBQ alternativos del Estado español. En la actualidad aparecen nuevos y complejos retos para nuestro movimiento social y, desde nuestra modesta contribución, defenderemos que sean afrontados a partir de un enfoque anticapitalista, crítico, interseccional y de alianza con otros movimientos sociales emancipatorios.
Las posturas tibias de la FELGTB en innumerables situaciones clave nos llevan a pensar que no es un espacio democrático que represente los derechos LGTBQ. ¿Dónde estaba la FELGTB cuando se difamaba a Dolores Vázquez por bollera asesina? ¿Dónde estaba cuando se reclamaba la despatologización de la transexualidad? ¿Dónde estaba cuando arrancaba el transfeminismo? ¿Dónde estaba cuando se pedía solidaridad con los cuatro detenidos de Somosaguas? ¿Dónde está la FELGTB cuando nuestras reivindicaciones han pasado a ser un objeto de consumo? ¿Dónde está cuando nuestras ciudades se están “gentrificando”, dejando de ser vivibles para ser consumibles? Podemos imaginar que reunida con partidos políticos y empresas, preocupada por mantener una buena imagen de lo gay, o de vacaciones. La lucha contra la LGTBfobia y el machismo parece que no sólo está en las personas más reaccionarias de la sociedad, sino en el seno mismo del movimiento LGTBQ.
Combatimos la LGTBfobia y el machismo de un sistema capitalista que nos oprime y excluye. Rechazamos contundentemente los procesos de mercantilización, burocratización y despolitización que se instalan en el movimiento LGTBQ, fagocitándolo, convirtiéndolo en un instrumento del sistema que nos ahoga. Nos rebelamos, alzamos la voz, nos desgarramos la garganta, lloramos, reímos y follamos. No nos conformamos. Queremos seguir luchando y construyendo espacios y herramientas de rebeldía, hoy más útiles y necesarios que nunca. Y esto no queremos hacerlo solas: sabemos que somos muchas las que todavía encontramos motivos para la indignación.
En la actualidad podemos asegurar que nos sentimos incómodas dentro de la FELGTB, por su modo de organización y funcionamiento, pero especialmente debido a unos planteamientos políticos e ideológicos en los que no podemos vernos representadas. Por ello, hoy viernes, 1 de abril de 2011, RQTR, reunida en asamblea general, ha decidido democráticamente y por unanimidad abandonar definitivamente la FELGTB.
Nos vemos en las calles, la lucha continúa.
2 comentarios:
Muy buen artículo. Sincero, veraz y contundente. Espero que se sumen más colectivos a esta denuncia. Tenéis todo mi apoyo. Bsos
¡Basta ya de criminalizaciones!
Me he emocionado al leer el manifiesto, ¡tiembla Babilonia!, defenderemos los deseos y proyectos liberadores desde lo más profundo de nuestras entrañas
La lucha continua compañerxs, y las alianzas facticas nos fortalecen
Ainhoa Güemes
http://www.gara.net/paperezkoa/20110404/257862/es/La-criminalizacion---------feminismos-----------otros-sismos
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