Manifiesto Transmaricabollobiqueer actualizado #acampadasol



1. Combatimos toda forma de sexismo, homofobia, lesbofobia, bifobia y transfobia en todos los ámbitos: institucionales, laborales, en la educación, en cárceles y comisarías, a nivel nacional e internacional, porque la violencia transmaricabollobifóbica en el actual contexto socioeconómico, lejos de haber desaparecido,  está cada día más presente, oculta o visible, en todos los estratos de la sociedad española y domina en la mayoría de países del mundo.
2. Defendemos la eliminación de la transexualidad de los manuales de enfermedades (DSM-V y CIE-11) en su próxima actualización. Demandamos la eliminación del requisito de diagnostico de “disforia de género” para el cambio registral de nombre y sexo, así como el acceso de las personas inmigrantes y de lxs menores al protocolo de cambio de nombre y sexo. Reclamamos el acceso universal a la salud para las personas trans desde una perspectiva de libertad, información y autonomía. Abogamos por el derecho de todas las personas que lo desean a no identificarse ni como hombre ni como mujer. Consideramos que no debe ser obligatoria la mención de sexo en los documentos oficiales. Reclamamos la eliminación de los protocolos médicos de normalización binaria para personas trans e intersexuales (como el test de la vida real, cirugías de normalización genital, etc.).
3. Denunciamos la instrumentalización por parte de los partidos políticos y el mundo empresarial de ciertas asociaciones y federaciones LGTB, lo que domestica la lucha política y resulta en una falta de representatividad de la diversidad sexual.
4. Combatimos el estigma de la prostitución y defendemos el trabajo sexual voluntario como un trabajo, con el reconocimiento de derechos laborales y sociales para todxs lxs trabajadorxs que lo deseen, favoreciendo la regularización de las personas migrantes que se dedican al trabajo sexual; y combatimos cualquier forma de abuso, violencia o explotación laboral asociada a esta forma de trabajo.
5. Exigimos que se respete el derecho de las personas a migrar y acogerse al estatus de asilada por motivos de orientación sexual y de género, eliminando todas las trabas existentes para ello. Abogamos por la abolición de los CIEs, y denunciamos los abusos que se producen con las personas transmaricabibollos internadas en los mismos.
6. Defendemos el reconocimiento de la pluralidad de formas de relación que exceden el modelo tradicional de monogamia y familia nuclear. Denunciamos los privilegios exclusivos del matrimonio en detrimento de otros tipos de relación.
7. Reclamamos el derecho a una sexualidad pública que no se articule en términos de prohibiciones, secretos y tabúes, que no esté condenada al armario de la intimidad, y que se incorpore como tema de debate en todos los ámbitos de la sociedad.
8. Demandamos la incorporación en el sistema educativo de una educación sexual integral plural. Exigimos medidas efectivas para evitar el bullying homofóbico y transfóbico.
9. Denunciamos la mercantilización de las sexualidades no normativas, que son reconocidas únicamente a través del consumo (capitalismo rosa) y nos posicionamos como transmaricabollosbiqueer anticapitalistas.
10. Exigimos el fin de la financiación pública de cualquier entidad religiosa o política que desarrolle políticas sexistas, homófobas, lesbófobas, bífobas y tránsfobas. Exigimos la revocación inmediata de cualquier cargo público que realice declaraciones transmaricabollobifóbicas e incite al odio.
11. Denunciamos la representación tendenciosa y reduccionista que aún siguen haciendo los medios de comunicación de las sexualidades no normativas.
12. Exigimos que se garanticen los derechos reproductivos de las mujeres lesbianas, las personas solas y  las personas trans y que se reconozca el derecho a la familia y al reconocimiento de la filiación sin requerimiento del matrimonio y al margen de la biología para todas las personas.
13. Reclamamos un abordaje integral de la salud para el tratamiento de la inmunodeficiencia humana, destacando la necesidad de abrir un debate sobre los abusos de las farmacéuticas. Reclamamos investigación y prevención considerando la especificidad de los cuerpos de las mujeres, cuerpos no normativos y cuerpos trans.
14. Denunciamos como cuerpos e identidades precarias, la brutalidad del capitalismo, que intensifica la discriminación expulsando del mercado laboral a las mujeres, las personas trans, lesbianas, gays, bi, etc.

Animamos a la rebelión de los cuerpos, y a poner nuestros deseos y placeres  por encima de la lógica del mercado
Asamblea Transmaricabollo de Sol - Madrid, 4 de Junio de 2011

Manifiesto Feminista a la Asamblea Ciudadana de Puerta del Sol


 Estamos en la plaza porque:

1. Queremos una sociedad en la que el centro seamos las personas y no los mercados. Por eso reivindicamos: servicios públicos gratuitos y vitales como la educación y la salud frente a los recortes sociales y la reforma laboral.

2. Exigimos el uso de un lenguaje no sexista que nombre a todas las personas y esté libre de homofobia, machismo y racismo.

3. Queremos el compromiso de hombres y mujeres para la construcción de una sociedad donde no tenga cabida la violencia machista.

4. Las personas somos dueñas de nuestro propio cuerpo, por eso somos libres para decidir sobre él, disfrutar y relacionarnos con él y con quien nos dé la gana.

5. Queremos una sociedad diversa donde se respeten las múltiples formas de de vivir el sexo y la sexualidad (lesbianas, gays, intersexuales, bisexuales, transexuales, transgéneros, queers…).

6. Reivindicamos el aborto libre y gratuito.

7. Es imprescindible incorporar el enfoque feminista en las políticas económicas, en los servicios públicos, en la creación de otro modelo de ciudad y en las políticas ambientales para salir de la crisis.

8. Exigimos que las Trabajadoras Domésticas o Empleadas del Hogar estemos incluidas en el régimen general de la seguridad social.

9. Exigimos que la transexualidad no se trate como una enfermedad.

10. Exigimos papeles para todas y que las mujeres migrantes disfruten de todos los derechos. .
¡PÁSALO!

LA REVOLUCIÓN SERÁ FEMINISTA, ECOLOGISTA, REPUBLICANA, LAICA Y NO DEL CAPITAL
20-05-2011 Fte. Ca la Dona Feministas indignadas en Pl.Catalunya
Expresamos nuestro apoyo a las compañeras feministas de Madrid , ante la agresión que sufrieron ayer por la noche.
Estamos en la plaza porque:

Queremos una sociedad en la que el centro sean las personas y no los mercados. Por eso decimos: servicios públicos gratuitos y vitales como la educación, la salud, la atención y cuidado a la infancia y a las personas con necesidades especiales de atención frente a los recortes sociales, la reforma laboral y de las pensiones.

Queremos el compromiso de todas y todos para la construcción de una sociedad donde no tengan cabida las violencias machistas en todas sus expresiones: económica, estética, laboral, física, psicológica, sexual, institucional, religiosa, en forma de trata con fines de explotacion laboral y sexual …

Queremos decidir libremente sobre nuestro cuerpo, disfrutar y relacionarnos con él y con quien nos dé la gana.

Queremos aborto libre y gratuito y educación afectiva y sexual.

Queremos una sociedad diversa donde se respeten las multiples formas de vivir el sexo y la sexualidad (lesbianas, gays, intersexuales, bisexuales, transexuales, transgéneros …) y se reconozca el derecho a la sexualidad en todas las etapas de la vida. Exigimos la despatologización de las identidades trans.

Exigimos que el estado y la iglesia dejen de interferir en nuestras vidas.

Para hacer un cambio real en la sociedad hay que tomar las decisiones por consenso y que las mujeres participen de forma decisiva.

Es imprescindible incorporar un enfoque feminista en la transformación del modelo económico y social al servicio de las personas y el planeta, en los servicios públicos, en la creación de otro modelo de ciudad y gestión del territorio y, en las políticas ambientales y agroalimentarias.

Es imprescindible que las mujeres sean protagonistas en dichos procesos de transformación social, política y económica y en las decisiones que se tomen para este fin. Y también en el diseño, ejecución y evaluación de las políticas resultantes.

Los temas que afectan a las mujeres afectan a toda la sociedad y queremos que estén en el corazón de la agenda política, económica y social.

Exigimos que las trabajadoras domésticas y empleadas del hogar se incluyan en el régimen general de la seguridad social y tengan derecho a negociación colectiva.

Exigimos que se contabiliceel trabajo doméstico como parte de la riqueza de los países.

Exigimos el reconocimiento de las tareas de cuidado de las personas, los hogares, la vida y su socialización completa: también, el derecho a decidir libremente si queremos o no cuidar, el derecho a ser cuidadas y cuidados en condiciones y el derecho al autocuidado. En resumen, el derecho a la Cuidadanía.

Exigimos el reparto de los trabajos y la riqueza. Trabajar menos para trabajar todas y todos. Condiciones laborales y profesionales dignas. Reparto igualitario del trabajo productivo y reproductivo, igual remuneración y reconocimiento por los trabajos entre mujeres y hombres. Y que la riqueza esté al servicio de las clases populares.

Exigimos el reconocimiento de los derechos de las trabajadoras sexuales.

Exigimos que se reconozca la ciudadanía de las personas sin condiciones legales ni normativas, la eliminación de la Ley de Extranjería y de los Centros de Internamiento de Extranjeros.

Exigimos el uso de un lenguaje que nombre a todas las personas y esté libre de homofobia, machismo, clasismo y racismo.

Reivindicamos que se valore y reconozca los saberes y conocimientos de las mujeres y su función primordial como transmisoras de cultura.

Queremos una escuela coeducativa.

Queremos una sociedad donde tengan cabida todo tipo de familias y grupos de convivencia.

Rechazamos la heteronormatividad y feminidad obligatoria.

Estamos contra las guerras, rechazamos el uso del cuerpo de las mujeres como arma de guerra y no creemos que ninguna intervención militar garantice la paz. No a la militarización de las sociedades, a la producción y al comercio de armas. Invitamos a hacer objeción fiscal.

Reivindicamos la solidaridad transnacional feminista como herramienta para cambiar el mundo. En todas las plazas hay feministas indignadas, nos sumamos a sus reivindicaciones y les damos todo nuestro apoyo.

¡SIN LAS MUJERES NO HAY REVOLUCIÓN! ¡LA REVOLUCIÓN SERÁ FEMINISTA O NO SERÁ!

17 de Mayo contra la LGTBfobia

En RQTR creemos que todos y cada uno de los días son el mejor momento para luchar  contra la LGTBfobia, no sólo cuando lo dicta el calendario.

Mientras la mayoría estamos pensando en los exámenes y en las movilizaciones que están sucediendo en todas las ciudades y la manifestación de esta tarde a las  20h, os dejamos este video estupendo de Irene y Jaume Salas, "Marimachos" para pensar un poco en cómo se construye la homofobia, con esa mezcla clave de sexismo y rechazo a las sexualidades no normativas.


Video de la Conferencia sobre las Diasporas Queer


Gracias a Ciudad de Mujeres tenemos este video que corresponde a la mesa redonda sobre "Diasporas Queer" en la que participaron Carmen Romero Bachiller, Angel Amaro y Leticia Rojas. 

Un tema puntero, y un dialogo con quienes lo están investigando, ¡¡no te lo pierdas!!

"Acoso escolar por homofobia, ¿De qué estamos hablando?


El día 11 de Mayo a las 16h tendremos una ponencia y debate sobre el "Acoso escolar por homofobia", en el salón de grados de la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense. 

Gracias al Seminario de Teoria Queer, Aprendizaje, Identidad y Género, hablaremos con Raquel (Lucas) Platero que nos hablará de este problema de LGTBfobia en el espacio escolar. 

Nos deja algunos textos sobre acoso escolar por LGTBfobia: 

Respetemos los templos

Por Carlo Fabreti, publicado en el Insurgente

Hace unos días, los fundamentalistas católicos pusieron el grito en el cielo ante laperformance de las supuestas “profanadoras” de una capilla anticonstitucionalmente instalada en la Universidad Complutense, y la propia Esperanza Aguirre se rasgó las vestiduras (aunque sin enseñar las tetas) y se preguntó qué pasaría si la acción la hubieran realizado en una mezquita, olvidándose, al parecer, de que en la Universidad no hay mezquitas, ni sinagogas, ni templos budistas, ni siquiera un tenderete de los Testigos de Jehová: solo, curiosamente, capillas católicas.

Pero pasemos por alto el ligero despiste de la presidenta y aceptemos su estimulante invitación a la extrapolación y el experimento mental:
¿Qué pasaría si los adoradores de Serapis (seguro que quedan algunos) reclamaran en propiedad el templo de Luxor e impusieran a sus visitantes los horarios que estimaran oportunos y el respeto a los protocolos de su religión? ¿Estaríamos dispuestos a afeitarnos la cabeza y a ponernos un taparrabos para visitar los templos egipcios? ¿Por qué aceptamos, entonces, que las catedrales, tan patrimonio de la humanidad como las pirámides o el Partenón, sean propiedad y coto moral de la Iglesia? ¿Porque los católicos son muchos y los serapianos pocos? Entonces tendremos que considerar sagrados los estadios de fútbol, pues se cuentan por millones los descerebrados que creen que los rituales agonísticos que allí se celebran son algo trascendental. Por no hablar de los lugares donde se practica la santería o los ritos vudú…
No hace mucho, un viejo sacerdote italiano me increpó por entrar en pantalón corto (ma non troppo: las rodillas quedaban púdicamente cubiertas) en una iglesia de Roma (en la que, por cierto, no se estaba celebrando oficio alguno que pudiera verse perturbado por la presencia de un infiel). Intenté tomármelo a broma y le dije: “Qué más quisiera yo, padre, que mis piernas fueran motivo de escándalo”. Se puso a gritar como un energúmeno, profanando, él sí, la quietud de aquel lugar de recogimiento.
¿Por qué tenemos que aguantar este tipo de cosas? Es una pregunta retórica, obviamente: no tenemos por qué aguantarlas; es más, tenemos la obligación moral y cultural de no aguantarlas, pues al hacerlo es cuando no respetamos los templos como es debido, al permitir que se adultere su irrenunciable condición de obras de arte y patrimonio de la humanidad. De toda la humanidad.
Durante la ceremonia, los leopardos irrumpen en el templo y derraman los cálices; el episodio se repite una y otra vez y acaba incorporándose al rito”, dice o cuenta Kafka. Sigamos el ejemplo de las jóvenes panteras que irrumpieron en un espurio templete que no tiene cabida en la Universidad para derramar los cálices de la represión. Repitamos una y otra vez su acción purificadora para limpiar todos los templos de telarañas dogmáticas e incorporar a todas las ceremonias los irreductibles gestos de la libertad.
De cara al buen tiempo, habría que ir organizando un despelote colectivo en la catedral de Burgos.

Diana Pornoterrorismo sobre las capillas

Cuando en las navidades de 2008 nos adentramos al Vaticano vestidas como auténticas novicias (íbamos tan monjiles que hasta nos preguntaban las “hermanas” que de qué congregación éramos) y llevamos a cabo con éxito el primer atentado pornoterrorista contra el lugar, no teníamos una verdadera conciencia de lo que estábamos haciendo. Estábamos acojonadas, eso sí, porque irse una a cagar al salón del enemigo es algo que como mínimo sube la adrenalina. La acción, ideada por C. S., de un colectivo de activistas italianas exiliadas en Valencia, era muy simple y muy efectiva al mismo tiempo: grabar en grabadoras de audio antiguas (de las de cinta) sonidos sexuales. En esas cintas estaban grabados un buen par de polvos, algunos golpes y para rematar el “Like a virgin” de Madonna. Tomamos la precaución de no tocar nada sin guantes y de dejar 5 minutos de silencio antes de que comenzara el sonido. Dos grabadoras fueron depositadas dentro de la Basilica de San Pedro: una en el altar de la Virgen del Santo Socorro, la otra tras la tumba de Pío XII. Sólo una de ellas funcionó pero fue suficiente: durante un minuto la Virgen del Socorro comenzó a gemir con nuestras voces. La gente asistente al “milagro” comenzó a acercarse a la virgen, confiadxs de que iban a presenciar algo sobrenatural. Pero aquello no tenía nada de extraño ni de raro: era el sonido de dos mujeres follando.

Fue una 
acción simple y rápida, pero significó mucho para nosotras. Aquello de algún modo representaba por un lado una venganza contra esa maquinaria eclesiástica que tantas personas había matado por motivos sexuales, y una protesta por toda la gente que actualmente sufre las consecuencias de su represión y sus desmanes. Algunos medios se hicieron eco de la acción, pero lo trataron siempre desde la ignorancia y el machirulismo (ejemplo).


Yo personalmente considero que para ciertas cosas los 
enemigos son claros. Es claro que la iglesia católica sigue atravesando nuestros cuerpos con sus absurdas maniobras, es claro que la iglesia tiene más poder del que le correspondería en una sociedad “democrática” y laicista, es claro que hay mucha gente harta de ese poder y esa manipulación, y es claro también que sus días están contados y que sus últimos coletazos serán los peores.


Por ello, a las personas participantes en la acción de la capilla: 
¡¡¡todo el apoyo por parte del pornoterrorismo y la lucha transfeminista!!!



Mas pornoterror aqui: http://pornoterrorismo.com

(PRESAS) Políticas Moleculares del siglo XXI

Los lugares de culto como espacios de excepción política por Jaime del Val



La clave de las manipulaciones que se están realizando en torno a la intervención y protesta feminista-queer que se llevó a cabo recientemente en la capilla de la Universidad Complutense de Madrid  tiene muchas capas superpuestas: mediática, eclesiástica, partidista... y en lo legal parece girar en torno a la palabra profanación, que muchos creíamos ya en desuso en un vocabulario laico. ¿Cuales son las complejas circunstancias del resurgir político de este vocablo?

Como activista y perfomer que ha realizado anteriormente protestas que han sido objeto de instrumentalización debo en primer lugar simpatizar con las agentes de esta protesta, felicitarles por la trascendencia de los debates que ha desatado, e incitar al personal a que persista y multiplique sus esfuerzos en esta dirección, a sabiendas de las consecuencias que puede acarrear.

La protesta ha sido un éxito en tanto que ha desatado un debate sobre la laicidad de las universidades. Al mismo tiempo ha sido groseramente manipulada por los medios de comunicación, algo que no debe sorprendernos en un contexto de opinión pública que está muy distante de los discursos y prácticas políticas que se manifestaban en esta protesta.

Hay un brecha importante, que no hay que evitar, sino asumir, entre ciertas prácticas de resistencia en los márgenes y lo que un discurso de medios de comunicación de masas puede expresar en un momento dado: entre lo molecular y lo molar.

Aquí hemos experimentado el súbito desbordamiento de esa brecha, algo que ocurre raras veces, y con consecuencias siempre imprevisibles. Cuando una experimentación molecular pasa al orden de lo molar, de lo general, cuando genera una reacción explosiva que toca las fibras de los discursos que mueven un régimen mayoritario, se producen reacciones en cadena imprevisibles en todas direcciones: en los agentes moleculares, que afrontan penas de cárcel y multas; en los discursos sociales, que se ven desestabilizados por equívocos debates entre conservadores y progresistas que instrumentalizan la protesta políticamente, los unos para clamar al cielo por la barbarie de los anticlericales, los otros para demandar la laicidad: la protesta iba mucho más allá, puesto que estaba en realidad instrumentalizando la cuestión de la homofobia y otras fobias de la Iglesia para plantear problemáticas mucho más amplias, como las que tocan los discursos queer que plantean una identidad performativa que deshace las construcciones sociales universalistas.

La prensa ha insistido en denominar performance a la intervención, y, si bien usando ese término de forma harto superficial, da en el clavo, pues se trata de una acción performativa a múltiples niveles, que desestabiliza diferentes órdenes de performances sociales y políticas: desde los medios de comunicación, no habituados a irrupciones tan valientes en un territorio que en el fondo sigue siendo sagrado para muchos, hasta los partidos políticos, que no saben como aprovecharse de esta irrupción tan poco acorde a sus habituales actuaciones dentro de los márgenes de lo correcto.

La incorrección política del acto toca fibras profundas y de forma productiva. Hay una disonancia problemática e irreductible entre la acción performativa y las políticas molares que toca y que intentan instrumentalizarla. Pero para evitar que el debate se estanque en la instrumentalización política hay que hacer ahora algunos esfuerzos para llevar el agua a nuestro cauce.

Cuando se transgreden fronteras entre lo molecular y lo molar en políticas de género y sexualidad es preciso entender que, aun en los países que son punta de lanza en derechos de mujeres y de la comunidad lgtb, el discurso mayoritario no pasa de la igualdad de derechos para categorías que asumen un binario masculino-femenino y heterosexual-homosexual: muchos de los planteamientos críticos y de las estrategias que algunos damos por sentado, y que pulverizan estos binomios, están en el terreno de lo impensable para el régimen mayoritario. Por ello, si queremos impactar en él, la tarea de traducción es ardua.

Este choque entre lo molecular y lo molar debe hacernos reflexionar sobre las problemáticas de las prácticas de resistencia que se llevan a cabo desde numerosos colectivos feministas, lgtb, de trabajadores del sexo, raciales y de otros signos, cuyo discurso no es actualmente asimilable ni por los partidos políticos ni por los medios de comunicación más progresistas. El conglomerado complejo de relaciones económicas que define los vínculos entre medios de comunicación e instituciones políticas es clave para entender la dificultad en transformar los discursos y formas de pensar que son asimilables en un momento dado por un régimen determinado.

Se trata de entender el difícil diálogo entre experimentos en los márgenes que desafían los nombres conocidos de las cosas, que piensan en el límite de lo pensable, y las maquinarias de asimilación de la tiranía de la representación y el lenguaje mayoritarios. Este diálogo es improbable y son muchas las posibilidades de que fracase o derive por caminos inesperados. Esto no debe amilanarnos: hay que ser muy persistente antes de conseguir éxitos, y por otro lado lo que hoy nos parece un fracaso puede ser visto como un éxito en otro momento. Al mismo tiempo no todo lo molecular ha de transformarse en molar, no toda experimentación debe estar orientada a resultados a corto plazo.

Si queremos dar el salto de la experimentación marginal a un impacto en los círculos mayoritarios, ¿como traducir nuestro discurso a un lenguaje en el que se reduzcan las posibilidades de manipulación e instrumentalización? Obviamente no hay una respuesta a esta pregunta, sino que se trata más bien de plantearse la necesidad de problematizar el proceso en todo momento, a sabiendas de que no hay soluciones fáciles.

Podríamos hacer comparaciones con numerosos mártires, visionarios y presos políticos del pasado, sin embargo, aunque es importante recordar las similitudes, también creo que las circunstancias han cambiado radicalmente y precisamos entender como funcionan los mecanismos mediáticos de instrumentalización en el actual capitalismo de los afectos, como estos operan de la mano de los dispositivos legales e institucionales y como opera a su vez la instrumentalización política en relación con aquellos.

Ahora que se ha producido el desbordamiento, ¿como articular las resistencias frente a los múltiples frentes de instrumentalización? No espero dar respuestas, sino mas bien problematizar el panorama añadiendo más preguntas.

Todo esfuerzo es poco a la hora exigirle a los medios de comunicación y las instituciones políticas, incluso por vías legales, que se abstengan de instrumentalizar la acción, o que si lo hacen no sea a costa del borrado de las resonancias, intencionalidades y potenciales más amplios del acto. Ahí tenemos que analizar y combatir cada traducción indeseada que los medios e instituciones han hecho a la hora de referirse al acto: como este se desvirtúa gramatical y morfológicamente en cada acto de lenguaje.

En cuanto al desenvolvimiento legal creo que hace falta un debate amplio sobre las leyes que regulan el lugar de culto como lugar de excepción: el párroco tiene libertad para promover campañas y divulgar proclamas homófobas, pero las comunidades que ataca no tienen derecho a manifestarse en ese espacio aun cuando sus reivindicaciones están avaladas por todo tipo de leyes y por la propia Constitución. Haría falta un estudio genealógico-legal para ver como está articulado este estado de excepción de los lugares de culto: ¿son públicos o privados? ¿Están sujetos a las leyes que regulan el espacio público, y si no, por qué? ¿Como se sostiene en un estado laico que los lugares de culto sean espacios de excepción política?

Todo esto tiene sus raíces en una larga tradición cultural humanista y en sus nociones de libertad de conciencia, que genera a priori un espacio de excepción política para conciencia como tal. El lugar de culto en ese sentido es un no-lugar, no en el sentido de Marc Augé, sino porque se convierte en un lugar-de-la-conciencia, que no se somete a las leyes de otros espacios. Deja de considerarse un espacio físico y público para pasar a formar parte del dominio del espíritu. La exhaustiva delimitación de ese territorio ficticio tiene mucho que ver con la necesidad de reafirmar territorios de poder eclesial en tiempos ilustrados y entronca a la perfección con el dualismo cartesiano sujeto-objeto. Las iglesias se regulan como espacios de la mente, del espíritu, del alma... y la irrupción corporal, como la que hicieron las activistas en la capilla de la complutense, desgarra hasta los cimientos este principio. El acto en la complutense, con su irrupción corporal, desgarra el tejido más profundo y problemático de la tradición humanista: donde el sujeto abstracto se confunde con el espíritu y el alma en la conciencia religiosa descorporeizada.

Tomarse en serio estas consideraciones implicaría no solo la reformulación de un puñado de leyes, sino de la noción misma de legalidad, asociada a la agencia de un sujeto-conciencia abstracto, humano, adulto, cuerdo, y que en muchos países del mundo sigue siendo solo masculino.

Por otro lado ¿como definimos la noción de profanación? No es de esperar que dentro de la institución eclesiástica se produzca debate alguno en esta línea sin embargo "clama al cielo" que los discursos homófobos de la Iglesia, que incitan entre otras cosas al odio y al suicidio (de adolescentes en particular) no se consideren una profanación, mientras el legítimo derecho a manifestarse contra estos ataques milenarios sí lo sea.

¿Como se construye el discurso legal de lo sagrado como no-lugar descorporeizado? ¿Cual es su genealogía por la que se sacraliza arbitrariamente un tipo de violencia y se demoniza lo que ejerce resistencia contra ella? ¿Como articular un discurso legal que defina claramente a las activistas, sobre las que pesan condenas de cárcel y multas, como presas políticas? ¿Como definir legalmente la violencia de conciencia de la Iglesia como violencia corporal?

Una vez más nos topamos con los cimientos fundamentalistas de la tradición humanista, con sus visiones universalistas en blanco y negro y sus concepciones del Bien, sujetas a la interpretación de jueces, y sobre todo a la malinterpretación mediática: y aquí volvemos a la cuestión del afectocapital, el actual régimen de producción de afectos y deseos del consumismo y el capitalismo tardío: es preciso entender que lo que interesa a los medios de comunicación con sus groseras manipulaciones no es la producción de opiniones e ideas, sino la diseminación de afectos, es por ello que se recurre a tópicos asumidos, fácilmente reproducibles, que se convierten en una coreografía contagiosa más allá de cualquier ideología. Estamos lidiando con los fantasmas arraigados de una tradición que intenta sobrevivir en tiempos del afectocapital, donde lo que dice ya no tiene ningún sentido en si mismo, sino como instrumento de seducción y asimilación.

Sacralización de los medios de comunicación: donde estos han ocupado el lugar de la religión, como opio del pueblo y como territorio de poder por excelencia. Es preciso focalizar las estrategias. Lo que nos ocupa no es la religión ni la Iglesia sino su funcionamiento como parte de una política medial en la que tanto la Iglesia como los colectivos lgttbiq son piezas de un tablero económico más amplio donde los medios de comunicación, con su persistente borrado cartesiano del cuerpo, han ocupado el lugar de lo sagrado.

Entender como lo molecular puede instrumentalizarse en cualquier momento al servicio de ese régimen de producción de afectos es cuestión de supervivencia política. La persistencia en los márgenes es otra. Y especialmente la invención de nuevas formas de invadir con los cuerpos los espacios descorporeizados. Corporeizar lo sagrado es acaso desacralizarlo. Desacralizar los medios de comunicación es acaso la tarea más urgente, y la más ardua.

Capillas en la universidad


CARLOS F. BARBERÁJueves 28 de abril de 2011 - Publicado en alandar nº278


El asalto a la capilla del campus de Somosaguas me ha traído recuerdos de hace más o menos 25 años. Por aquel entonces formaba parte del equipo de la pastoral universitaria de Madrid, liderado por Juan María Laboa. El año 1983 presentamos al cardenal Tarancón un informe en el que abogábamos por la supresión de las capillas de las facultades de la Universidad Complutense. Es evidente que el cardenal no aceptó la sugerencia y mucho menos su sucesor, el cardenal Suquía. Al poco tiempo, todo el equipo dimitió.

Personalmente fui capellán de la Escuela de Ingenieros de Montes y de la de Ingenieros Aeronáuticos. En la primera había una capilla aún con el altar de espaldas -eso sí, con un retablo de Angel Ferrant-; en la segunda no había capilla alguna. Haciendo un juicio global, diría que la ausencia de capilla ayudó a encuentros más a la intemperie con alumnos creyentes interesantes y la capilla de Montes servía sobre todo para alimentar la piedad de alumnos muy conservadores.

Recuerdo una anécdota que, evocada ahora, me resulta significativa: en la Escuela de Montes una mañana apareció el tablero de anuncios tapado por un gran cartel que decía: “La Escuela necesita un sagrario. Puedes colaborar con oraciones y limosnas”. Reuní de urgencia al grupo responsable del anuncio y le argumenté que la Escuela no necesitaba un sagrario, que, en todo caso, eran los católicos y que debían haber reducido su anuncio a ese ámbito. Entretanto las respuestas escritas no se hicieron esperar: “buitres”, “¿de qué vais?”, “pero ¿es que el tablón es vuestro?” y cosas por el estilo. Alguien escribió más abajo: “yo no entiendo de estas cosas pero me parece que lo que tenéis que hacer es buscar pelas”. Respuesta: “en las cosas de fe, el dinero no es importante”. Contrarrespuesta: “Sólo un tonto dice tantas tonterías”. En fin, una pequeña guerra de religión o al menos de eslóganes. En aquel tiempo aún no se desnudaba nadie en una capilla.

Pero yendo a la actualidad: ¿para qué hace falta una capilla en una facultad? No para decir misa una vez a la semana. Para eso ya hay suficientes eucaristías en los cientos de parroquias de la ciudad. Acaso para tener un lugar de recogimiento o de oración. En un tiempo en que ateos y creyentes hablan de espiritualidad, un espacio con esa destinación no parece ocioso. Pero para este fin habría que habilitar un ámbito interconfesional, un espacio “sagrado” que acogiera todas las creencias e, incluso, las no creencias.

Como es sabido, Daj Hammarskjöld, el secretario general de la ONU hasta su muerte en accidente en 1961, un hombre de talante místico, logró que en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York hubiera un meditation room, una habitación para meditar, un espacio rectangular, cerrado por unas vidrieras de Chagall y con una piedra de granito en el centro. Creo que en la actualidad sería bien interesante que en muchos edificios de uso común existiera algo parecido y que hubiera gente que lo utilizase. También en las universidades.

No sé si, para terminar, tengo que aducir muchas razones. Una, sin duda de peso, es la de que la Iglesia renuncie a privilegios. Otra, también importante, es que, en un tiempo ecuménico, la intención interconfesional debe estar en la base de asuntos como el que nos ocupa. Y buscando una referencia bíblica: ¿no dice Jesús en el Evangelio: “a quien te pida la capa dale también el manto”? Nunca he visto que la Iglesia haya cumplido ese precepto. Pues qué ocasión más buena para hacerlo.