El fenómeno de la violencia de género es de una magnitud escalofriante. Ante él, los hombres no podemos desviar la vista como si fuese una suma de “casos particulares” a los que somos ajenos. La violencia machista es una lacra social que sufren abrumadoramente las mujeres, y que se expresa también en la homofobia y la transfobia o en ataques contra algunos hombres cercanos a las mujeres agredidas o que tratan de impedir alguna agresión.
Los hombres somos responsables de este inmenso problema social. Tenemos que reaccionar mucho más y decir no. Nuestra reacción no puede esperar a que se produzcan situaciones extremas de violencia física. No podemos ignorar que, en un marco social patriarcal, los varones asumimos y desarrollamos, de forma consciente o inconsciente, prácticas cotidianas de coacción y discriminación de las mujeres. Hay que actuar mucho antes: Es urgente que todos los hombres identifiquemos y renunciemos de forma práctica y cotidiana a los privilegios de los que nos aprovechamos como si fuesen algo natural, pero que llanamente son abuso y caldo de cultivo para la violencia.
Las cifras indican tozudamente que los hombres seguimos desviando hacia las mujeres las tareas de cuidado y las responsabilidades de la vida cotidiana, doméstica y afectiva, de lo que deriva su discriminación laboral, una sobrecarga física y mental y la apropiación masculina de los espacios de decisión y poder. La igualdad en todo tipo de tareas y responsabilidades es condición necesaria para alcanzar la igualdad en el trabajo y la vida social. Los hombres tenemos que cambiar nuestras mentalidades, actitudes y conductas renunciando al silencio, al inmovilismo y a la resistencia pasiva que siguen produciendo desigualdad y dan aliento a la violencia machista.
Ese cambio es nuestra responsabilidad personal, pero también debe ser fomentado y favorecido socialmente. Por ello, apoyamos a las mujeres y a sus organizaciones cuando exigen a los poderes públicos acciones positivas y efectivas contra la desigualdad de género, iniciativas y leyes dotadas de los suficientes medios, dirigidas a lograr un reparto equitativo de todas las tareas y responsabilidades de la vida cotidiana, social, doméstica o laboral, a poner fin a toda situación de privilegio masculino, legal o de hecho, y a reconocer y garantizar plenamente el derecho de las mujeres a decidir, sin tutelajes ni coacciones, sobre su vida, sus afectos, su sexualidad y su maternidad.
Por todo ello, llamamos a todos los hombres (y, por supuesto, también a las mujeres) a participar en esta manifestación contra la violencia machista.
MANIFESTACIÓN CONTRA EL MACHISMO Y SU VIOLENCIA
Sábado, 25 de octubre, 19 horas
Atocha – Plaza Jacinto Benavente
Una asamblea de hombres contra la violencia machista
Los hombres somos responsables de este inmenso problema social. Tenemos que reaccionar mucho más y decir no. Nuestra reacción no puede esperar a que se produzcan situaciones extremas de violencia física. No podemos ignorar que, en un marco social patriarcal, los varones asumimos y desarrollamos, de forma consciente o inconsciente, prácticas cotidianas de coacción y discriminación de las mujeres. Hay que actuar mucho antes: Es urgente que todos los hombres identifiquemos y renunciemos de forma práctica y cotidiana a los privilegios de los que nos aprovechamos como si fuesen algo natural, pero que llanamente son abuso y caldo de cultivo para la violencia.
Las cifras indican tozudamente que los hombres seguimos desviando hacia las mujeres las tareas de cuidado y las responsabilidades de la vida cotidiana, doméstica y afectiva, de lo que deriva su discriminación laboral, una sobrecarga física y mental y la apropiación masculina de los espacios de decisión y poder. La igualdad en todo tipo de tareas y responsabilidades es condición necesaria para alcanzar la igualdad en el trabajo y la vida social. Los hombres tenemos que cambiar nuestras mentalidades, actitudes y conductas renunciando al silencio, al inmovilismo y a la resistencia pasiva que siguen produciendo desigualdad y dan aliento a la violencia machista.
Ese cambio es nuestra responsabilidad personal, pero también debe ser fomentado y favorecido socialmente. Por ello, apoyamos a las mujeres y a sus organizaciones cuando exigen a los poderes públicos acciones positivas y efectivas contra la desigualdad de género, iniciativas y leyes dotadas de los suficientes medios, dirigidas a lograr un reparto equitativo de todas las tareas y responsabilidades de la vida cotidiana, social, doméstica o laboral, a poner fin a toda situación de privilegio masculino, legal o de hecho, y a reconocer y garantizar plenamente el derecho de las mujeres a decidir, sin tutelajes ni coacciones, sobre su vida, sus afectos, su sexualidad y su maternidad.
Por todo ello, llamamos a todos los hombres (y, por supuesto, también a las mujeres) a participar en esta manifestación contra la violencia machista.
MANIFESTACIÓN CONTRA EL MACHISMO Y SU VIOLENCIA
Sábado, 25 de octubre, 19 horas
Atocha – Plaza Jacinto Benavente
Una asamblea de hombres contra la violencia machista
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